¿Cómo están los estudiantes en Chicago? Familias hablan sobre el aprendizaje en un año conmocionado

Este artículo, publicado originalmente en inglés por Chalkbeat Chicago, está disponible en español gracias al proyecto “Traduciendo las noticias de Chicago”, del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).

Por Cassie Walker Burke, Caroline Bauman y Gabrielle LaMarr LeMee

Casi un año después de que Chicago cerrara sus escuelas en medio de la pandemia del coronavirus, Chalkbeat Chicago le pidió a los apoderados y estudiantes que evaluaran cómo estos últimos han afrontado un año tan extraordinariamente caótico.

Recibimos más de 350 respuestas de familias y estudiantes de toda la ciudad. Cuando se les preguntó si acaso el estudiante estaba aprendiendo a un ritmo académico normal, las respuestas de las familias estaban divididas: Algunos creían que estaban bajo los estándares de acuerdo a su nivel; otros sentían que sus hijos iban al ritmo o estaban adelantados académicamente; y un número significativo de padres no estaban seguros de cómo determinar los avances de aprendizaje de sus hijos.

De igual modo, padres y estudiantes expresaron de forma abrumadora su preocupación sobre los impactos negativos en la salud mental y la motivación de los estudiantes. Algunas familias expresaron este tipo de preocupación aun habiendo comentado sentirse positivas sobre el año escolar en general.

Había optimismo. Algunas familias se sintieron tremendamente alentadas por las experiencias del año escolar pasado, lo que sugiere que las habilidades tecnológicas que los niños aprendieron durante la experiencia serían útiles para el mundo laboral en el futuro.

Se observó también que, independientemente de la elección del plan híbrido del distrito o del aprendizaje remoto, las familias lamentaron la inestabilidad causada por la casi nula negociación entre el distrito escolar y el sindicato de maestros. Asimismo, las familias querían más comunicación por parte de los directores de las escuelas y del distrito. Muchos se preocuparon que los reclamos de los maestros a principios del año escolar, desalentaran a los apoderados a expresar sus necesidades. Otros temieron que los maestros, intencionadamente o no, perjudicaran a los estudiantes que decidían regresar a las salas de clases.

Las familias también compartieron algunas de las razones por las que eligieron regresar al aprendizaje presencial o quedarse con el aprendizaje remoto. La seguridad de la salud fue un factor importante, pero no fue el único. Los factores que influían en estas decisiones variaron ampliamente e incluyeron la falta de cuidado de los niños después del horario escolar, la reubicación temporal fuera de la ciudad que dificultaría o imposibilitaría el traslado a las escuelas, y si los maestros de los niños estaban regresando o habían buscado dependencias para continuar trabajando en forma remota.

Aquí, parte de lo que aprendimos de padres y estudiantes:

Reconociendo los desafíos, algunos padres y estudiantes se mostraron positivos dentro de todo, respecto a este año.

“Los maestros han trabajado dedicadamente para adaptar el plan de estudios, brindar clases diferenciadas y hacer que el aprendizaje remoto sea lo más divertido y atractivo posible. Otro obstáculo en cómo estos maestros están enseñando y cómo aprenden los estudiantes no es lo mejor para nuestros estudiantes. Los niños sobresalen cuando tienen un entorno consistente con expectativas claras. Un nuevo plan de aprendizaje a mitad de año no es lo mejor para nuestros estudiantes”. — Cortney Ritsema, madre de tres hijos

“Ha sido una experiencia realmente buena. El maestro de mi hijo junto con su equipo trabaja incansablemente sobre la base de una comunicación constante con los padres, evaluaciones trimestrales, lecciones activas diarias, estaciones de trabajo remotas. De hecho, ha sido una experiencia realmente buena para él”. — Jaime Queroz, padre de un estudiante en kínder.

“Es agotador, pero a mis hijos les va bien con nuestro apoyo”. — Danielle Bridges, madre de tres hijos y maestra de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS)

“No es el año escolar para kínder básico que hubiera querido para él, pero dada la realidad de la vida en este momento, es lo mejor que hay”. — Anne Cooper, madre y trabajadora social de CPS.

“Normalmente son estudiantes de notas A y B y han podido mantener sus calificaciones. Entiendo que el aprendizaje remoto no es lo ideal, pero mis hijos han estado aprendiendo y sus profesores han sido geniales. También se supone que todos los niños estarán un poco atrasados este año y creo que los maestros también, por lo que habrá que ponerse al día cuando regresen. Por ahora, ya que los maestros han tenido que enseñar en persona y de forma remota simultáneamente, he llegado al punto en que me doy por vencida”. — Miriam Santiago, madre de dos hijos

“Mis hijos están un poco atrasados, pero todos lo están. Comparado con otros distritos, mis hijos están al mismo nivel porque todos están sufriendo. Nuestras vidas y nuestra salud valen más de lo que podría perderse. Mi hermano murió a causa de COVID y no hay forma de recuperarse de eso, a diferencia de los retrasos en la educación. A pesar de todos los desafíos, me siento realmente afortunado. Mis hijos pueden aprender sin poner en riesgo su salud y la seguridad de mi familia. Están gestionando muy bien el trabajo escolar. Sus profesores son cariñosos, apasionados y entusiastas, con sus clases ahora en Google en lugar de edificios escolares. Mientras navegamos por este nuevo mundo del aprendizaje, espero que podamos reconocer las deficiencias que hay en nuestro sistema educativo”. — José Martínez, padre de un niño en cuarto grado

“Ha sido bueno ya que puedo quedarme en casa y hacer mis propias cosas y simplemente no tener que preocuparme por contraer el virus”. — Violet Chicho, estudiante en décimo grado

“El aprendizaje remoto podría ser mejor, pero estamos en medio de una pandemia, así que no tengo mayores quejas. Mi hija y todos en casa estamos sanos porque podemos trabajar desde casa. Esto es realmente difícil, pero necesario”. — Xóchitl Bada, apoderada de un alumno en séptimo grado

“El año pasado, la transición del aprendizaje fue abrupta, no estaba bien planificada y mi hijo lo pasó muy mal. Este año escolar noté que los planes de aprendizaje remoto se desarrollaron durante el verano para mejorar la experiencia”. — Megan Merrill, madre de un alumno en cuarto grado

Para algunas familias, el año escolar en general les había afectado negativamente.

“Irónicamente, mis dos hijos están obteniendo mejores calificaciones, pero siento que sus maestros están siendo muy condescendientes con ellos (y tal vez deberían tener en cuenta las circunstancias). Sin embargo, siento que los maestros están haciendo lo mejor que pueden dada la situación tan difícil, así que, honestamente, nunca esperé que mis hijos estuvieran al día este año. Me preocupa mucho el año que viene. ¿Cómo se verán las clases donde la mitad de los niños están al nivel de su grado porque participaron activamente en el aprendizaje remoto y la otra mitad están atrasados porque no tuvieron el apoyo necesario para participar? ¿Toda la clase tendrá que continuar lentamente? ¿O se quedarán más atrás los que están atrasados? Evidentemente, CPS no tiene el personal suficiente para los que no califican para algunos servicios pero que necesitan un poco más de ayuda. Entonces, ¿quién ayudará a los niños que se están quedando atrás? Me siento muy triste por los niños que van a tener dificultades en el futuro”. — Melissa, madre de alumnos en quinto y séptimo grado (Nota: algunos encuestados solicitaron el anonimato o que se usara su nombre de pila. Chalkbeat accedió a dicha petición caso a caso).

“Falta de contenido educativo, falta de interacción con profesores y compañeros. No es saludable.” — Daisy Gamboa, madre de un alumno en octavo grado

“Mi pobre alumno de octavo grado con un Programa de educación individual (IEP) nunca se pondrá al día”. — Esther, madre de tres hijos, quien prefirió no incluir su apellido

“Creo que mis hijos adolescentes en la secundaria se están viendo enfrentados a desafíos, ya que están aprendiendo todo lo que pueden en esta situación tan compleja. Me preocupa mucho su salud mental porque están experimentando más estrés, tienen más tareas y ambos necesitan estar menos tiempo frente a la pantalla. [Debiera haber] más apoyo de salud mental para los niños que sufren de estrés, pena, pérdida de un ser querido y trauma”. — Sadaka Whitehead-Smith, madre de dos hijos, terapeuta y educadora

“Ni siquiera CERCA. Mis hijos siempre han sido buenos [estudiantes] en la escuela. Estudiantes con excelentes calificaciones y solo notas A. Ahora están teniendo dificultades con sus notas. Se están portando pésimo. Están deprimidos y ansiosos”. — Joellen Daly, apoderado de dos hijos

“Los adolescentes deberían interactuar con una amplia variedad de personas a diario; se encuentran en la etapa de la vida en la que deben adquirir nuevas relaciones y experiencias de manera constante para aprender las ‘habilidades blandas’ necesarias para ser adultos e independientes. Se les está privando de la interacción social básica, la capacidad de colaborar y de las experiencias necesarias para desarrollar su autovaloración. Y, en el mejor de los casos, están recibiendo una educación deficiente, mientras que sus compañeros en otras escuelas, ciudades y estados reciben [mejores] oportunidades. Cuanto más dure esto, más probabilidades habrá de que las pérdidas sean insuperables”. — Apoderado de escuela secundaria, quien pidió permanecer en el anonimato

“Estoy fracasando y ustedes no están ayudando”. — Reina Torres, estudiante de onceavo grado.

“¿Cómo va a afectar el COVID-19 las admisiones a la escuela secundaria de CPS? ¿Cómo están apoyando a los estudiantes de la secundaria y preparatoria de CPS con los procesos de ingreso a la universidad? Esos dos aspectos de la población estudiantil se verán realmente afectados por esto. En general, pareciera que hay más compasión por las familias con niños más pequeños y en edad preescolar, pero criar a niños mayores durante la pandemia puede ser igual de desafiante”. — Trudi, madre de tres hijos, quien prefirió no dar su apellido

“Es más difícil para mí aprender en un entorno virtual y desearía volver a la escuela”. — Un estudiante de sexto grado, cuyo nombre no será publicado para proteger su privacidad

“Estoy tan frustrada de que hayan estado haciendo clases remotas por tanto tiempo y todavía estamos recibiendo correos electrónicos con regaños y recordatorios de tareas de los maestros cuando el aprendizaje remoto es realmente lo peor, y es una locura pedirles a los padres que sean maestros en casa”. — Kate Rockwood, madre de dos hijos

“El aprendizaje remoto es horrible, tengo dolores de cabeza y fatiga en mis ojos por la pantalla, los maestros son demasiado sensibles y me hacen perder el tiempo a menudo (El Aprendizaje emocional y social [SEL] está bien, pero esto es excesivo). Y, por último, pero no menos importante, no hay una fecha fija de regreso a la escuela secundaria, cuando claramente gran número de la población será vacunada en abril o mayo. Incluso si vamos a tener dos meses de escuela, solo dígannos ahora.” — Grace Kurtz-Nelson, estudiante de doceavo grado

“Mis hijos están retrocediendo. El que no aprendan es un problema. No es justo que tengan que perder minutos de Educación diferencial. Hay días en los que no estoy segura de que podamos seguir así.” — Lesby Ortega, madre de cuatro hijos

Un número importante de padres y estudiantes dijeron sentirse indiferentes (hacia los cambios), tener sentimientos encontrados o no estar seguros de cómo resumir el año.

“CPS implementó un plan sin tomar en cuenta las necesidades reales, el cual termina perjudicando a los estudiantes de aprendizaje remoto en diferentes grados y lo peor de todo, con la misma inequidad que afirman se estaba tratando de abordar. Estoy enojada y ansiosa todos los días. Empiezan algo y después paran, anuncian algo y luego cambian de opinión, una y otra vez durante meses.” — Madre soltera de un niño en kínder, quien pidió permanecer en el anonimato

“Están bien. Estoy seguro de que los estudiantes estarían al día si la escuela hubiese estado marchando en forma normal. Pero este es un problema de toda la ciudad y a nivel nacional. (Mi hijo) ha aprendido otras habilidades. Habilidades que le servirán para siempre: resolución de problemas, computación, uso del teclado y correo electrónico, etc.” — Vince DeJulio, padre

“Honestamente, en realidad no me importa si existe alguna línea arbitraria que debiesen estar cumpliendo. El mundo entero se salió de su curso. [Los estudiantes] estarán bien.” — Becca Blue, madre de tres hijos

“Mi hijo tiene un IEP y tiene necesidades especiales. Nuestra escuela está haciendo todo lo posible para su adaptación. Sin embargo, sus calificaciones han bajado considerablemente, su interés en aprender frente a una computadora es inexistente, y su bienestar social y emocional están en riesgo.” — Michelle Piek, madre de un estudiante preescolar

“Estoy deprimido.” — Estudiante de doceavo grado, cuyo nombre no se publicó para proteger su privacidad

“No está funcionando, pero es seguro.” — Steven Guy, padre de un estudiante de secundaria.

Traducido por Marcela Cartagena