Mientras Chicago luchaba contra el coronavirus en la primavera, compañías utilizaban lazos políticos para ganar contratos sin licitación

El jefe de la campaña del Senador Dick Durbin utilizó sus conexiones para ayudar a una compañía de muebles situada en Addison a convertirse en el proveedor principal de Chicago de equipo médico para combatir el COVID-19.

Este reportaje de investigación, publicado originalmente en inglés por Better Government Association (BGA), está disponible en español gracias al proyecto “Traduciendo las noticias de Chicago”, del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).

Por Alejandra Cancino

En una ciudad famosa por la intriga política y las conexiones personales, los millones de dólares en gastos de emergencia del Ayuntamiento de Chicago para combatir la pandemia del COVID-19, ofrecieron al principio de este año una oportunidad única para cientos de empresas que buscaban hacer negocios con la ciudad.

Fue entonces cuando el propietario de una fábrica de muebles en los suburbios quiso donar mascarillas para este esfuerzo, y se contactó por teléfono con una concejala de los suburbios, quien a su vez se contactó con el jefe de campaña de un senador, quien luego envió un correo electrónico a una confidente de la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot.

Así comenzó el recorrido de The Howard Elliott Collection Inc., un fabricante de espejos decorativos y otros muebles de lujo con sede en Addison, para convertirse en el  principal proveedor de Chicago de equipo médico para combatir el COVID-19. Las “referencias personales de peso” de la empresa, se detallaron posteriormente en un memorándum interno atípicamente sincero, adjunto al expediente de Howard Elliott en los archivos de la ciudad, los cuales reflejan que la empresa aseguró $1.5 millones en contratos municipales.

El uso por parte de Lightfoot de los poderes de licitación de emergencia para luchar contra el  brote mortal del nuevo coronavirus abrió la puerta a muchas empresas que se vieron forzadas a transformarse para proporcionar los suministros necesarios durante la crisis, al mismo tiempo que les permitió eludir una serie de las complicadas palancas que la municipalidad tiene para ayudar a crear un campo de juego nivelado y para combatir su bien documentada historia de contratos privilegiados entre compañías y la ciudad.

Aunque no es ilegal hacer uso de las relaciones personales, la historia de cómo una compañía de muebles se convirtió en un proveedor principal de equipo médico, demuestra lo valiosas que fueron esas conexiones durante los primeros días de la pandemia de COVID-19 cuando actuar rápido era necesariamente crítico.

“Era un momento en el que había que ayudar”, dijo Joanna Klonsky, consultora y asesora política de Lightfoot, quien conectó a Howard Elliott con el Ayuntamiento. "Y en una emergencia, todos buscaron cómo ayudar”.

No fue la única conexión de una empresa al reducido mundo de contratos municipales.

Un análisis de BGA de casi 50 contratos firmados por la municipalidad en medio de la crisis de salud, así como docenas de entrevistas, ofrecen un vistazo de cómo “amigos de amigos” navegaron la burocracia del Ayuntamiento. Para ser considerados proveedores, las empresas llamaron a concejales, ex políticos, grupos empresariales y sus contactos del Ayuntamiento.

No todas las compañías conectadas consiguieron contratos de emergencia. Algunas transacciones fueron firmadas con compañías que han sido contratistas de la Municipalidad durante muchos años. Otros fueron firmados con los mejores licitadores que el Ayuntamiento pudo encontrar rápidamente. Y la ciudad alquiló habitaciones en hoteles de un conocido hotelero con propiedades en el centro de la ciudad que está familiarizado con la Municipalidad y, además, dispuesto a proporcionar habitaciones cuando otros no estaban disponibles, según la oficina de la alcaldesa.

Pero a medida que el COVID-19 aumentó a nivel nacional y los estados y las ciudades competían con ofertas cada vez más altas para garantizar la compra de los escasos suministros de equipo médico de protección personal, los empleados del Ayuntamiento y los funcionarios políticos se vieron inundados con propuestas de empresas que buscaban hacer negocios con la Municipalidad.

Fue por medio de dos de esas personas con influencia  — Klonsky y Greg Bales, el jefe de campaña del senador Dick Durbin — que en marzo pasado la municipalidad supo de Howard Elliott y otras empresas que ofrecen mascarillas, protectores faciales, gafas y otro equipo de protección personal, conocido como PPE por sus siglas en inglés.

Las ofertas llegaron cuando la municipalidad estaba gastando decenas de millones de dólares en bienes y servicios de emergencia para manejar la pandemia, y mientras Lightfoot y Durbin trabajaban juntos para asegurar más de mil millones de dólares en ayuda federal para sobrellevar los costos.

Mil millones en ayuda federal

La oficina de Lightfoot rechazó las solicitudes de BGA para hacer públicas miles de comunicaciones internas con respecto a los gastos hechos durante la pandemia. Citó la cantidad de trabajo que se necesitaría para redactar información legalmente exenta de la divulgación pública.

Pero Klonsky compartió con BGA cinco correos electrónicos del Ayuntamiento que dijo eran relevantes para la investigación de BGA, y forman parte de la correspondencia con el jefe de campaña del senador Durbin.

En esas conversaciones, con funcionarios del Ayuntamiento y realizadas entre el 21 de marzo y el 1 de abril, muestran que Bales reenvió a la municipalidad correos electrónicos con los nombres de un puñado de empresas a través de Klonsky o directamente a otro empleado de la alcaldía que estaba liderando la búsqueda de suministros médicos.

Los correos electrónicos detallan cómo esas compañías fueron conectadas a Bales por una serie de personas con influencia política: Un ex legislador estatal, un miembro del consejo municipal de Highland Park, y el propietario de una compañía de comunicaciones políticas que durante mucho tiempo estuvo conectado con el Partido Demócrata Nacional.

“En marzo, cuando la gente estaba desesperada por obtener mascarillas y otros PPE, varias personas se acercaron a mí  —incluyendo personas que nunca había conocido— con ofertas de ayuda”, dijo Bales en su respuesta por correo electrónico a las preguntas de BGA.

“De buena fe, referí a esas personas a la Municipalidad de Chicago, esto con la intención de transmitir conexiones muy necesarias de equipo médico de protección personal”, dijo.

En ese momento, Durbin, el jefe de Bales, estaba involucrado en las negociaciones del Senado para asegurar un paquete de ayuda para combatir el coronavirus por un monto de casi 5 mil millones de dólares en ayuda federal para todo Illinois.

Los fondos federales han ayudado a la ciudad y al estado a asumir el costo de los gastos de COVID-19, incluidas las compras con empresas que se pusieron en contacto con Bales.

Bales dijo que jugó un papel mínimo, destacando que la municipalidad decidió por su cuenta si aprobar y/o contratar a empresas. También reconoció que se le pidió hacer conexiones con funcionarios estatales.

“Les envié el correo electrónico, PPE.donations@illinois.gov”, dijo, y agregó que no recordaba si había hablado con funcionarios estatales. “Que recuerde, nunca hablé con nadie de allí”, aseguró.

De las cinco compañías incluidas en los correos electrónicos de Bales proporcionados por Klonsky, tres obtuvieron contratos gubernamentales por un monto total de $2.5 millones de dólares, según los registros públicos del Ayuntamiento y del gobierno estatal. Los mismos registros también muestran que además de sus contratos con la municipalidad, Howard Elliott vendió algunas mascarillas al estado de Illinois.

Bales dijo que no vio ningún conflicto de interés en poner en contacto a las empresas con la ciudad en un momento en que su jefe dominaba las negociaciones para la ayuda federal. Dijo que Durbin no estaba involucrado “en ningún nivel” en asegurar los contratos públicos.

"Él continúa alentando a los que estamos en su equipo a conectar a los gobiernos locales con los recursos que se necesitan para lidiar con esta crisis y mantener a los residentes de Illinois a salvo del COVID-19”, dijo Bales sobre Durbin.

Durbin declinó múltiples solicitudes de entrevistas.

Una revisión por parte de BGA de las contribuciones de la campaña de Durbin y Lightfoot no encontró a ninguna de las empresas que presentó Bales.

“Ninguna consideración política” aumentó las posibilidades de las empresas de conseguir un contrato con la Municipalidad de Chicago, dijo en un comunicado Patrick Mullane, subsecretario de prensa de Lightfoot.

“La alcaldesa y su personal han estado en contacto con el senador y el personal de su oficina del Senado en varios puntos durante la crisis de COVID”, dijo Mullane. "Cualquier discusión sobre el financiamiento continúa siendo ampliamente acerca de los programas federales. Nunca hemos discutido contratos específicos”.

“Howard Elliott Collection fue una de cientos de empresas cuya información fue enviada a la municipalidad”, ya que “movilizó todos sus recursos” para asegurar suministros escasos de equipos de salvamento, suministros médicos y equipos de protección, dijo Mullane. Agregó que más de 600 empresas hicieron solicitudes en el Ayuntamiento.

“La municipalidad acató las regulaciones estrictas de las licitaciones para evitar cualquier conflicto de intereses”, dijo. “Como siempre lo hace y se le exige que lo haga”.

‘El amigo de un amigo’

Un enlace a la oficina de la alcaldesa fue Klonsky, una asesora de Lightfoot sin pago. Su trabajo en la municipalidad —de acuerdo con su contrato de dos páginas— está designado como “confidencial”.

Klonsky trabajó como asesora pagada durante la campaña de Lightfoot por la alcaldía y sigue siendo asesora pagada en la campaña de reelección de Durbin, así como de Light PAC, el comité de acción política de la alcaldesa, según registros. Klonsky dijo que sus trabajos como asesora remunerada están separados de su papel actual como asesora sin pago de Lightfoot.

En una serie de entrevistas con BGA, Klonsky dijo que en marzo, primero recibió una llamada de Bales sobre Howard Elliott, y que poco después Bales le envió un correo electrónico.

En un correo electrónico fechado el 23 de marzo dirigido a Klonsky y titulado, “Mascarillas N95 + Donaciones", Bales escribió:

"Uno, Brian ha convertido su equipo de fabricación para producir mascarillas médicas en Illinois - no son N95, pero los médicos y otros en Chicago todavía están recibiendo sus donaciones porque las necesitan desesperadamente”.

“Segundo, Brian también tiene una línea de mascarillas N95 con un tiempo de entrega de 7 días fuera de China”.

Klonsky envió inmediatamente el correo electrónico a Joseph Schuster, un empleado de la alcaldía que lideraba la búsqueda de mascarillas, protectores faciales y guantes.

En una entrevista telefónica, Bales primero dijo que se conectó con The Howard Elliott Collection a través de el “amigo de un amigo”.

Al preguntarle los  detalles, Bales dijo que el dueño de la firma, Brian Berk, no pudo conectarse con la oficina de Lightfoot por su cuenta. Fue entonces cuando Berk llamó a la concejala de Highland Park Alyssa Knobel, quien le dijo a BGA que los Berk son amigos de su familia desde hace mucho tiempo. Knobel dijo que luego llamó a Bales y le presentó a Berk. Bales, a su vez, contactó a Klonsky.

Berk no respondió a los repetidos mensajes de teléfono y correos electrónicos ni respondió a los mensajes dejados en su trabajo y en su casa por BGA.

Bales y Knobel dijeron que sus contactos con Berk se centraron en su deseo de donar mascarillas a la ciudad, y ambos dijeron que no tienen conocimiento de cómo esas donaciones se convirtieron en contratos con la municipalidad.

“Me preguntaron si podía hacer una presentación y lo hice”, dijo Bales. “Esto fue en marzo. En marzo fue una lucha de locura para todos para conseguir PPE”.

Bales dijo que luego Schuster lo llamó, preguntándole si él avalaría a la empresa. “No”, dijo Bales que le respondió a Schuster, pero añadió: “Alyssa responde por ellos. Y confío en Alyssa”.

En total, Howard Elliott consiguió $1.5 millones en contratos sin licitación hasta el 20 de abril, convirtiéndolo en el mayor proveedor de equipos médicos de protección de la ciudad en ese momento.

En tres de esos contratos, según los registros, la empresa de muebles Addison proporcionó a la ciudad mascarillas quirúrgicas, guantes y protectores faciales que obtuvo de otras empresas. El cuarto y más pequeño contrato fue para mascarillas fabricadas por Howard Elliott.

Uno de sus contratos fue por un millón de mascarillas quirúrgicas, que Howard Elliott adquirió de China y vendió a la ciudad por 59 centavos, 20 centavos encima de la cotización original de la compañía y más de cuatro veces el costo de las mascarillas quirúrgicas antes de la pandemia, como muestran los los registros.

El aumento, según esos documentos, se debió “a las fluctuaciones del mercado y la demanda de equipo de protección personal”.

Howard Elliott no fue el único en cobrar una prima por las mascarillas. En el caos de la pandemia, los precios de las mascarillas aumentaron sin control. Funcionarios de Illinois incluso enviaron a un empleado para entregar un cheque de $3.5 millones a un intermediario en un estacionamiento para asegurar las codiciadas mascarillas N95 a un precio más del doble de su costo antes de la pandemia.

Mientras tanto, la ciudad estaba agotando sus suministros para servicios de emergencia y sus distribuidores tradicionales no podían ofrecer más abastecimiento de PPE. Los registros muestran que la ciudad también le compró a Howard Elliott 30,000 protectores faciales, 119,000 guantes desechables y 2,000 mascarillas reutilizables. A pesar de correos electrónicos y entrevistas que sugieren lo contrario, Mullane dijo que Howard Elliott “en ningún momento” estaba tratando de donar 25,000 mascarillas a la ciudad.

En un memorando adjunto a la compra de los guantes, Allison Arwady, Comisionada de Salud Pública de Chicago, enumeró las razones por las que se dio prioridad a Howard Elliott incluyendo las “fuertes referencias personales de la compañía”.

“The Howard Elliott Collection es tradicionalmente un fabricante de muebles/ bienes duraderos, con sede en Chicago y con una presencia en el terreno en las fábricas de China”, dijo Arwady. “La Municipalidad de Chicago se enteró de The Howard Elliott Collection a través del equipo del Senador Dick Durbin, específicamente, Greg Bales”.

Arwady declinó las solicitudes de entrevista.

Mullane, portavoz de Lightfoot, dijo que la alcaldesa tuvo una “participación limitada en las decisiones del PPE”, y solo después de que el departamento de licitaciones de la municipalidad revisara las opciones de compra y recomendara a los proveedores. Pero no participó en conversaciones anteriores ni participó en las decisiones cotidianas sobre las ofertas del PPE.

Los poderes de emergencia de Lightfoot vencieron el 30 de junio.

Orden estatal de gafas

La primera presentación de Bales a Klonsky fue el 21 de marzo cuando le envió un correo electrónico sobre una empresa de Nueva Jersey que se jacta en su sitio web de hacer gafas para los astronautas de la NASA.

“Te estoy conectando con Anthony DiChiara, director general de Liberty Sport”, escribió Bales. “La compañía de Anthony es fabricante de gafas de protección, incluyendo [las que son] para equipos médicos (PPE)”.

Klonsky envió el correo a Schuster, según los registros.

Cuando BGA revisó la base de datos de contratos de la municipalidad no encontró ninguna referencia a  Liberty Sport Inc. Pero el 24 de marzo el estado ordenó 20,000 gafas de protección a un precio de $45 cada una, para un total de más de $900,000 de dólares.

DiChiara no respondió a los mensajes solicitando una entrevista.

Cuatro días después de su primera presentación por correo electrónico, Bales reenvió a Schuster otro correo electrónico, esta vez en nombre de una empresa bien conectada en los círculos del partido Demócrata.

“[Estoy] conectándote con Jaimey Sexton, un amigo mío, tiene una línea de compras al por mayorl de mascarillas N95”, escribió Bales. “Dejaré que él te exponga lo que sabe”.

Sexton es el director de The Sexton Group, que maneja llamadas automatizadas y en vivo, llamadas telefónicas a ayuntamientos y mensajes de texto para campañas políticas demócratas.

En una entrevista dijo que contactó a Bales con información sobre otra empresa que tenía acceso a las codiciadas mascarillas N95.

Sexton dijo que no recordaba el nombre de la compañía, que fue referida a él por un amigo.

“No pedí nada. Solo intentaba ayudar”, dijo Sexton, quien dijo que conoce a Bales desde hace una década a través del trabajo político de su firma. El lema del sitio web del Grupo Sexton indica: “Luchando contra los Republicanos desde 1997”.

Un día después, Bales envió a Schuster otro correo electrónico, esta vez para Chanon DiCarlo de Upstaging Inc., una compañía de iluminación y transporte en la industria de la producción de eventos y conciertos.

En el correo electrónico a Bales, DiCarlo explicó cómo la compañía hizo la transición a la fabricación de protectores faciales y ofreció una lluvia de ideas “sobre formas adicionales en las que podemos poner nuestro equipo y experiencia a trabajar”.

En una entrevista, DiCarlo dijo que la conexión por correo electrónico no condujo a contratos con la municipalidad. Un director de la compañía le dijo a BGA que a Upstaging se le pidió cotizar el costo de vallas a medida para el Ayuntamiento a través de una tercera empresa. Un contrato no se ha materializado, dijo el director, pero si la municipalidad realiza un pedido, sería a través de ese proveedor.

Upstaging más tarde obtuvo contratos con el estado, pero DiCarlo dijo que esas conversaciones fueron manejadas por alguien más. Los registros estatales muestran que el estado ordenó 7,200 protectores faciales a finales de marzo a $15 dólares cada uno y más tarde gastó otros $1,588 dólares en máscaras faciales.

DiCarlo dijo que se puso en contacto con Bales a través de una amiga en común, Sarah Matheson, una fotógrafa de campañas políticas, que fue incluida en el intercambio de correos electrónicos.

Matheson dijo que conocía a Bales del mundo político, pero aseguró que no era una persona política. De hecho, detalló, es australiana y no votó en las elecciones estadounidenses. Al preguntarle por qué conectó a DiCarlo con Bales, Matheson dijo: “Eso no es realmente asunto tuyo”.

‘Buenos muchachos, malos muchachos’

El 1 de abril, Bales envió un quinto correo electrónico conectando una empresa con Schuster. Bales le reenvió un mensaje de John Fritchey, un ex comisionado del Condado de Cook y ex representante estatal, quien dijo que conocía a un médico de California con acceso a mascarillas y otro equipo médico.

La municipalidad no ha contratado al doctor, James Chao, ni a su compañía, Javis Development, según los registros. En una entrevista telefónica, Chao dijo que no puede recordar exactamente por qué no consiguió un contrato con la municipalidad. Pero sí recordó que fue difícil para las ciudades y los estados competir por el PPE porque sus procesos de licitación no estaban configurados para reaccionar de forma rápida al caos del aumento de precios.

Al principio del año, la administración de Trump ordenó a los gobernadores que compraran sus propios suministros médicos, y fue por eso que Chicago tuvo que competir  por el equipo sanitario de protección contra el COVID-19 no sólo con los hospitales, sino también con otros estados y municipios.

Fritchey dijo que un amigo mutuo suyo y de Chao los pusieron en contacto. Él sabía que los gobiernos locales y estatales estaban luchando por conseguir PPE, por lo que se acercó a Bales, a quien describió como “una buena persona, personalmente, éticamente y profesionalmente”.

“En este negocio, hay buenos muchachos, malos muchachos y muchachos neutrales”, dijo Fritchey de Bales, “y él cae de lleno en [la categoría] de buenos muchachos”.

Este reportaje fue producido por Better Government Association, organización de noticias sin fines de lucro, con sede en Chicago.

Traducido por Gisela Orozco